Sobre Dolça Catalunya, Crónica Global y los CDR


Las emociones forman parte destacada del periodismo, y no descubro nada nuevo si digo que en las redacciones siempre existe un plumilla que es incapaz de contener su mal humor, su ira o su mala leche, y la vuelca en el altavoz en el que trabaja, sin los necesarios filtros, contenciones o responsabilidad necesaria.

Creo que es lo que le ha pasado a Xavier Salvador, fundador y editor de Crónica Global, que ante unas críticas, o más bien “pellizcos de monja”, desde el blog Dolça Catalunya, arremete de forma desaforada e irresponsable, calumniando gravemente, y sin pruebas, intentando procurar la muerte civil del que escribe, así como de los compañeros mártires.

La cronología es la siguiente. Dolça Catalunya publica tres artículos dando unas collejas a Crónica Global: Flipant: ara “Crònica Global” critica en López Alegre i altres catalans lliures de nacionalisme; ¿Qué pasa en Crónica Global?; El asqueroso artículo que desacredita a “Crónica Global”.

Y Xavier Salvador dispara desde su medio contra Dolça Catalunya con un artículo que debería hacer sonrojar a la gente sensata y decente: ¿El Ku Klux Klan catalán?

En el citado ¿reportaje?, se me acusa de pertenecer a Dolça Catalunya y de estar “en el anillo central, en el pensamiento, la estrategia, la dirección y orientación editorial y temática”. Agradezco a Xavier Salvador tanta influencia y consideración, pero la verdad es que jamás he escrito una sola línea en Dolça Catalunya, y eso que se han publicado miles de artículos, ni he participado en el pensamiento, la estrategia y en la línea editorial.

La verdad es que me hubiera gustado que me hubiesen invitado a participar, pero no. Los que dirigen DC debían pensar que no daba el nivel. Es verdad que soy un junta letras mediocre, pero no hubiera estado mal escribir algunos análisis o participar en la línea editorial del blog más leído en España.  Pero la verdad es tozuda y tu fuente “anónima”, Xavier, “que no puedes desvelar”, si realmente existe, que lo dudo, te ha vendido una burra. Y tus emociones alteradas te han llevado a cometer un grave delito de difamación y calumnia.

En el ¿reportaje? de Crónica Global se omite el único nexo de unión verdadero que tengo con Dolça Catalunya: La de un modesto librero que vende los libros que recomienda el blog a través de una librería online llamada OcioHispano, que es de mi propiedad. Esa es la única verdad. Todo lo demás es mentira. Soy tan solo un proveedor. Nada más.

Aunque visto lo visto, ya como editor de una editorial generalista como LibrosLibres –también omitido en el texto de Xavier Salvador ya que según el artículo me dedico a los caballos, ¿estamos locos?- no descarto publicar algún libro de Dolça Catalunya. Y eso no me convierte en propietario del blog, o en su director o en alguno de sus colaboradores o miembro del núcleo duro. De la misma manera que cuando hace años publiqué un libro a Jaime Mayor Oreja eso no me convertía en ser miembro de la cúpula del PP; o publicar a Javier Barraycoa tampoco implica ser de Somatemps… Por favor, un poco de rigor y veracidad. A cada uno lo suyo.

Lo más terrible de este desatino periodístico de Xavier Salvador, Crónica Global y El Español (como copropietaria de medio), es que nos pone en la diana de los CDR, y de los grupos violentos que están sacando la patita en Cataluña. Siendo Dolça Catalunya el medio más odiado por el mundo indepe, lo que ha hecho Xavier Salvador es decirle a los hiperventilados separatas: “Mirad, chicos, aquí tenéis vuestra pieza más preciada. Aquí tenéis a los fascistas de Dolça Catalunya. Id a por ellos”.

Lo que te agradezco de veras, Xavier Salvador, es que en el artículo no incluyeras ni mi móvil ni mi domicilio particular. Eso es todo un detalle de caballero. Así les llevara un poco más de tiempo a los cachorros de Terra Lliure el dar conmigo.

A mí no me importa que me critiquen, o incluso satanicen, por lo que hago o pienso. Estoy muy cómodo con la pluralidad de opiniones y la libertad. En democracia vivimos muy bien. Pero a estas alturas de la película no pienso arrodillarme ante la dictadura del pensamiento único, sea del tema que sea: nacionalismo; ideología de género o corrección política. Y, sí, lo reconozco, soy un heterodoxo, y los clérigos de la postmodernidad deberían llevarme a la hoguera por no aceptar las consignas del Poder. Pero, por favor, por algo que sea cierto.

Que los que me insulten y amenacen de muerte sea por mi faceta de editor; vale. Por publicar libros blasfemos para el nacionalismo como: “Historias ocultadas del nacionalismo catalán”; “Otra Historia de Cataluña”; “Cataluña Hispana”; “Los (des)controlados de Companys”; «Tabarnia» o “La Constitución traicionada”, entre otros, entra dentro de lo razonable, pero que saques mi cara en Crónica Global y le pongas una diana por algo que es falso, es de una grave irresponsabilidad.

¿Qué pasaría si en unas semanas o meses, los habituales escraches mediáticos o insultos callejeros, pasarán a cosas mayores, y de la violencia verbal se transmutara en física?

Creo que fue Revel el que dijo “que la mentira es el motor que mueve el mundo”. No sé si será verdad, pero está claro que en Crónica Global y en El Español hace falta más rigor y veracidad.

Álex Rosal


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